Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los fabricantes de dispositivos integrados es cómo monetizar el componente de software en sus ofertas de productos. Tradicionalmente, a los clientes finales integrados no les agradaba la idea de estar comprando cualquier «software» al adquirir equipos integrados, aunque se trate de hecho del software integrado que proporciona casi toda la gran capacidad de la que disfruta el cliente. Simplemente, compraban una «caja», que hacía lo que esperaban de ella. El precio que pagaron por esa caja estaba relacionado con un objeto tangible, que también podría presentarse en una base color negro piano con rejillas de enfriamiento de aluminio pulido y un panel de visualización multifuncional de color, para que no falte nada).  Esto presentaba desafíos significativos para el licenciamiento de software en el sector de dispositivos integrados. Con un valor percibido tan pequeño del componente de software, a los fabricantes de dispositivos les resultaba muy difícil pedir a sus clientes empezar a pagar por software que solían considerar gratuito, o lo que es peor, irrelevante. Esto ha frenado el crecimiento del licenciamiento en el sector de dispositivos integrados.   Afortunadamente, la situación está cambiando.   En esta época de costes de fabricación de hardware reducidos, toda esa pintura brillante, de aleación pulida(y por supuesto toda la silicona en el interior) representa una proporción cada vez más pequeña del valor total del dispositivo. Los clientes finales comienzan a mostrarse positivos con respecto a la idea de que bajo la superficie de la caja negra brillante hay mucho más que eso y esta es una gran noticia para los fabricantes de dispositivos interesados en comenzar a modularizar y licenciar sus componentes de software.  Durante años, los proveedores de software se han beneficiado del hecho de que los clientes aceptaban el software como algo valioso, que debían pagar por él. ¡Es hora de que los fabricantes de dispositivos integrados lo hagan!