¿Obtener beneficios económicos al competir? Permítanme explicarlo.

Mi vida profesional se centra en la monetización de software, o sea  brindar a empresas de software soluciones para monetizar aún más su oferta de software. En mi vida personal, mi pasatiempo es competir. Soy el proveedor de software independiente tradicional del mundo de la competición. Empecé en la escuela primaria, cuando me di cuenta de que había nacido con una Propuesta única de venta: resistencia. Mientras que otros se derrumbaban en la acera tratando de librarse de un calambre en el costado, yo aguantaba y llegaba primero.

Mi «Propuesta única de venta» me permitió conservar mi liderazgo en entre los competidores, hasta que llegué al ejército, donde serví como instructor de condición física para combate y como entrenador tanto de soldados como de futuros instructores en el terreno. Comprendí que para poder mantenerme a la cabeza, mi Propuesta única de venta necesitaba apoyo externo. Pero tenía sentimientos encontrados sobre esto. Conozco mi cuerpo, conozco mis puntos fuertes y mis puntos débiles, correr es solo correr, ¿hay algo que podría «COMPRAR»? El conocimiento es la respuesta obvia, que empecé a consumir en masa, enseñándome a mí mismo sobre nutrición, métodos para optimizar mis recursos personales y entrenamientos e intervalos de velocidad. Estos conocimientos recién descubiertos me ayudaron a mantenerme al frente, pero solo por poco tiempo. El mundo de la competición me estaba alcanzando y si no miraba a mi alrededor para obtener un asesoramiento real sobre cómo mantenerme a la cabeza, perdería mi liderazgo.

Me parece que en el mundo del desarrollo de software, los desafíos son similares.  Si es un proveedor de software independiente con tres décadas de experiencia como yo, ya lo sabe todo. Tiene desarrolladores interno, sabe a quién le vende y cómo hacerlo de la mejor manera posible. Pero el mercado a nuestro alrededor está en constante evolución. Las prácticas de consumo de software están cambiando. Los consumidores quieren consumir en función de sus características preferidas, de sus tiempos de uso preferidos, o sencillamente en función de sus necesidades personales. La adaptación constante a las necesidades cambiantes del público objetivo significa que uno se aleja de su excelencia fundamental en el desarrollo. Esto lo obliga a asignar recursos valiosos para mantenerse al día con soluciones de licenciamiento, concesión de derechos y soluciones de empaquetado, ninguna de las cuales forman de parte de su Propuesta única de venta.

Si es un recién llegado en el campo de las carreras —los treintañeros y cuarentones que quieren demostrar que pueden desafiar la edad— o un emprendedor de software como servicio (SaaS), usted se siente invencible. Tiene esa Propuesta única de venta con la que nació, que parece consistir en ideas increíbles que nadie antes concibió y basta con la mera existencia de esta Propuesta única de venta para que un público desee interactuar con usted.  Tiene los canales de sus mercados al alcance de la mano. La nube hace que todo esté a un clic de distancia y antes de que se dé cuenta, tiene decenas de miles de usuarios y el mundo está a sus pies.  Ahí es cuando cae en la cuenta… ¿y ahora qué? Ahí es donde entra la estrategia de monetización.

¿Alguna empresa enorme me comprará por la cantidad de usuarios que tengo? Hasta que lo haga, ¿cómo puedo remunerar a mi equipo y a mí mismo por apoyar este maravilloso invento? ¿Qué sé siquiera de estos usuarios a quienes les agrada mi solución? ¿Les gustan todas las características que proporcioné o solo usan una de ellas? ¿Sé si puedo segmentar estos usuarios en grupos y ofrecer paquetes diferentes a usuarios diferentes y cuánto cobrar por ellos? Incluso si logro hacerlo yo mismo, ¿dispongo de los recursos internos para abrir el código y comenzar a reescribir, realizar control de calidad, aprobaciones internas, etc.?  Según parece, la resistencia sólo puede llevarte hasta cierto punto y si no encuentras la manera de obtener beneficios económicos de tus esfuerzos, es probable que pierdas mucho más que la posición de liderazgo.

Entonces, ¿cómo fue que terminé monetizando al correr y competir? Decidí dejar que otros obtengan beneficios económicos de mis esfuerzos y me uní a una comunidad en línea que dona a la obra de caridad de mi elección 0,25 USD por cada kilómetro que corro. No me dedico al atletismo profesional ni a ganar medallas, pero quiero hacer lo que me agrada, que es sencillamente correr y prefiero utilizar una plataforma de terceros que me ayude a mí o a otro a beneficiarse de ello. Los proveedores de software que se plantean la posibilidad de crear una solución de licenciamiento y administración de concesión de derechos o de comprar una, deben razonar del mismo modo. Ceñirse a lo que les gusta, a lo que saben hacer bien y dejar que un tercero trabaje con ellos para obtener beneficios económicos de su oferta.