Hace unos años, estaba conversando con un par de colegas en un bar de Ámsterdam en torno a los méritos del consumo de música en línea. Estábamos convergiendo hacia una perspectiva común, acerca de por qué alguien querría pagar 99 centavos por descargar una sola canción, cuando puede comprar todo el DVD en cualquier tienda al detalle, completo con la funda y la letra de las canciones por 10 a 15 dólares.  Además, siempre se puede cargar canciones de un CD a los dispositivos electrónicos. Estos nos parecía ser la mejor opción para nosotros, beneficiosa para todos. Orgullosos de nuestra conclusión inteligente mientras tomábamos una cerveza, muy pronto íbamos a quedar desagradablemente sorprendidos, cuando la persona que estaba sentada a nuestro lado dijo que no éramos más que un montón de viejos que no tienen idea de lo que pasa en el nuevo mundo. Desconcertados por el comentario de este perfecto extraño, nos esforzamos en demostrar que estaba equivocado, pero de inmediato nos bajó los humos con su pregunta: «¿Habéis visto a vuestros hijos pensar siquiera un segundo antes de enviar un mensaje de texto desde sus teléfonos móviles?» Es importante destacar que esta historia tuvo lugar cuando aún aplicaciones como Facebook y Whatsapp no existían y cuando enviar un mensaje de texto como SMS realmente costaba algo. Dijo entonces en un tono despreocupado, «¿Por qué a esos chavales se les ocurriría pensar dos veces antes de descargar una pista de música que les costará 99 centavos?” Años después, vuelvo a reproducir este mensaje en muchos ámbitos de la vida. Últimamente ni siquiera me he tomado la molestia de ir a algunos de los sitios de redes sociales en mi PC y para ello utilizo casi exclusivamente mi dispositivo móvil. Sin que nos demos cuenta,  nuestras preferencias cambian continuamente. A medida que estas preferencias —o canales de suministro: en un entorno local, como servicio— cambian, también cambian los niveles de satisfacción. Si su responsabilidad es desarrollar su negocio de software, le gustaría poder responder a dichas preferencias cambiantes.  No obstante, ser compatible con un nuevo sistema operativo o un nuevo dispositivo plantea desafíos únicos que podrían requerir una inversión significativa. El gerente de línea de productos tendría que adoptar decisiones cuidadosas y francas con la debida cautela. No se trata sólo de ser compatible con un nuevo modelo de suministro de software, un modelo de fijación de precios o una plataforma dentro del producto, sino más bien de cambiar toda la infraestructura del sistema de gestión administrativa, de manera de poder aceptar órdenes de compra de nuevos números de piezas y poder equipar y suplir el nuevo producto. Con estos desafíos en mente, un sistema flexible de licenciamiento y de administración de concesión de derechos puede ayudar mucho a facilitar sus esfuerzos en este contexto. Por ejemplo, si presenta un nuevo modelo de fijación de precios de «precio para usuarios concurrentes», o «precio anual» de un producto existente que se vende solo en un modelo de «fijación de precios permanentes basados en asiento», que no requiere cambio alguno en la implementación de productos. Los administradores de ciclo de vida de productos (PLM) se beneficiarían de esta oportunidad y podrían comenzar a ofrecer estos nuevos modelos de precios. Esto aumenta mucho el interés de los clientes en utilizar su producto en vez de buscar una alternativa. Sea cual sea el modelo de fijación precios que elija, es necesario centrarse en la manera en que sus clientes desean pagar por el producto.  ¿Preferirían optar por características individuales a un precio menor, o por un conjunto de elementos que aportan valor? Si no influyera en cómo su producto se implementa, ¿tener la capacidad de ofrecer ambas opciones de precios haría que la mayoría de los clientes estuvieran satisfechos y le causaría también a usted una mayor satisfacción?